viernes, 21 de febrero de 2020

tema de la tarea de la ficha vocacional

TEMA 4  DESTAPA LA FELICIDAD
Reconocer en Jesús el modelo para responder al llamado amoroso de Dios 

¿Qué has escuchado, visto y experimentado de Jesús, el hijo de Dios?

 El Bautismo es el primer momento de la iniciación a la vida cristiana.
La vida del hombre tiene su origen y su destino final en Dios; nos hiciste para ti... decía san Agustín.
Por este sacramento el creyente acepta, celebra y se compromete a ser hijo de Dios.

 Una vez que ha sido insertado en la vida trinitaria, el cristiano realiza su ser en esa dimensión trinitaria; todo lo que hace lo realiza en su calidad de imagen de Dios, de manera que todas sus actitudes y acciones ponen en evidencia la familia a la que pertenece.
El creyente ama como Dios ama(Jn 13,34). 

En esto consiste el amor, en que Dios nos amó primero (1 Jn 4,10).




Por eso el amor a Dios se manifiesta como algo real y palpable en la medida en que se da el amor a los hermanos que construye una nueva humanidad.
Jesús es camino, medio, manera de llegar a nuestro destino que es el Padre.  Este caminar se da en la verdad, es decir, en la fidelidad.
La fidelidad en la amistad, en el amor conyugal, a la palabra dada, a los compromisos contraídos; la fidelidad a la conciencia, a la propia vocación etc., son formas muy concretas de vivir la verdad de Dios y la verdad del hombre.
La grandeza del llamado (Ex 3, 5).

Si lo re­flexionas un poco, descubrirás que la vo­cación es un misterio grande. Por un la­do, sobrepasa tus capacidades. Pero por otro lado, pertenece solo a Dios. Cual­quiera que sea tu vocación tiene su senti­do y clave en significar de algún modo el misterio de Dios, el amor de Dios.

 Eseguir a Jesús nos invita a humanizarnos.
Entrar en los terre­nos de Dios supone la disponibilidad pa­ra percibir la realidad desde otros puntos de vista.
El llamado de Dios implica un cambio de vida y sobre todo un nuevo modo de ver la vida, iluminado por la Palabra que te vivifica(Filip. 3,8). 

Fíjate que en el fondo de esta valoración nueva de las cosas es­tá el amor. Cuando amas, todo lo demás comienza a girar en torno a ese amor.